No puedo callar

No puedo quedarme callado, con tantas injusticias, y tantas maldad que se han tejidos al mi alrededor, por una simple y sencilla decisión, que solo me atañe a mi, da mucha penas que gente por las cuales deje mi pellejo en confrontaciones y defensa, hoy quieran enlodarme, difamando y pensando que todo el mundo es igual,(ladrón juzga por su condición), porque ellos han traicionado al partido en varias ocasiones haciendo vida común con el adversario, han vendido candidaturas, y siguen dentro del partido haciendo daños. En su mente estrecha no cabe que una persona pueda renunciar del partido, por no ser cómplice de dos grupos que solo buscan su beneficios personales, no importándoles los principios ni los ideales por lo que fue fundado ese Glorioso Partido. Hoy todos los cañones los afilan hacia alguien que se dio por entero al trabajo desinteresado a favor de ese organismo, que nunca traiciono, ni se vendió, pero mucho menos coincidió con sus adversarios políticos. En mi casi 25 años de pertenecer a las filas del Partido Revolucionario Dominicano puedo decir a mucha honra y satisfacción,  que nunca me preste,  a conspirar en contra de mi partido, como los que hoy,  para quitar merito a mi partida los han hecho, no en una ocasión, sino en varias, pero lo más grabe de esto, que siguen ahí, y ostentan cargo de dirección. Lastima siento por ustedes, que todavía no se han dado cuenta que el panorama político ha cambiado, y que a pesar de los errores no aprenden la lección, y siguen siendo políticos desfasados. He renunciado por convicción propia, no por ser influenciado por nada ni por nadie, quiero ser un espectador que desde la acera del frente, ver como dos bando destruyen un legado de la sociedad dominicana, un partido tan necesario para el equilibro de la democracia dominicana.

Por: Rafael Jáquez