SANTO DOMINGO.- Con artilugios que califican para un guión de cine, una banda de delincuentes logró sustraer -en un robo no presencial- pertenencias de la residencia de los principales ejecutivos del Grupo SIN, para lo cual convencieron vía telefónica al servicio doméstico de fin de semana, que la periodista Alicia Ortega había sufrido un grave accidente. Una voz dramatizada llamó el pasado sábado a la casa de los esposos Hasbún y Ortega, presidente y vicepresidenta, respectivamente, de la empresa periodística para informar que la comunicadora estaba envuelta en una colisión de tránsito en la que murió una niña de 11 años. De inmediato agregó que la periodista -productora de El Informe con Alicia Ortega- estaba en malas condiciones físicas y que antes de ser sedada instruyó para que le fueran llevadas algunas pertenencias que necesitaría. Sin perder el ritmo urgente, la voz de un hombre empezó a orientar a la doméstica con precisión indicándole que tomara una maleta para que introdujera una caja fuerte portable, que estaba en el closet, así como prendas de la comunicadora guardadas en un lugar que el malhechor identificó con precisión. Con el teléfono inalámbrico al oído y aterrorizada por la noticia recibida, Dania cumplió rápidamente cada encomienda y salió de la casa turbada y llorosa hacia Bella Vista Mall -a varias esquinas de la residencia de los esposos Hasbún Ortega- para entregar la maleta con la caja fuerte y las joyas a un joven de tez oscura con unos lentes de sol. La seguridad de la residencia se sorprendió ante la prisa con la que salió la domestica gritando que Ortega había sufrido un accidente, al tiempo que arrastraba la maleta. Ni Fernando Hasbún ni sus dos hijas estaban en la casa. "Ahora vete rápido a la casa y tráncate", le dijo el maleante a Dania, quien necesitó tiempo para convencerse de que todo había sido una farsa, pues Alicia estaba en una gestión personal. Llamadas amenazantes Al enterarse del hecho, Hasbún se trasladó hacia su residencia donde determinó que sólo había papeles en la caja fuerte robada y que las prendas echadas por la doméstica en la maleta no eran de mucho valor, pero dio parte a la Policía sobre el robo, que de inmediato puso en acción a un escuadrón de investigadores. La segunda parte de la escena se inició cuando Hasbún recibía llamadas telefónicas, en donde los delincuentes solicitan un envío de RD$50,000 a través de Vimenca a nombre de una señora que el delincuente identificó como Sandra Cornelio Martínez , no sin proferir amenazas contra Hasbún y su familia, como "que los llenarían de plomo", al tiempo que activaba un aparato que se escuchaba como una sierra eléctrica. Fernando Hasbún se presentó en un lugar escogido por los malhechores, después de comunicarse con la policía, con el propósito de hacer el intercambio con los delincuentes, mientras agentes permanecían ubicados en el terreno. Los asaltantes no aparecieron y luego querían un envío a través de una agencia de valores. Aun en presencia de los investigadores policiales en casa de los Hasbún Ortega, los ladrones seguían llamando -tanto al teléfono de la residencia como al celular- para insistir en el intercambio de dinero por los documentos, que aseguraron estaban en la caja fuerte. La Policía dijo a la familia que rastreaba el origen de las comunicaciones telefónicas y organizaba las pistas para identificar a los responsables del robo. Asimismo, dijo que cuenta con retrato hablado del delincuente que recibió la maleta, al tiempo de indicar que pisa los talones a los responsables del robo.
Fuente. Diario Libre
Fuente. Diario Libre
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