La repostulación del diputado Julio Romero es un acontecimiento que entristece e indigna a la sociedad dominicana y, en particular, a los residentes del municipio Santo Domingo Este. El Partido Revolucionario Dominicano, insatisfecho con haberse convertido en servil instrumento de la reelección y el Retroceso Constitucional, se permite ahora el lujo de nominar a un presunto violador, reconocido sinvergüenza y delincuente confeso al Congreso Nacional.
Nuestra indignación aumenta al contemplar la manera en la que este oscuro personaje, orondo de impunidad, ensucia las calles y avenidas del Ozama con su rostro sonriente como si estuviera burlándose de todos nosotros y, en particular, de aquellas mujeres –huérfanas de justicia- que aseguran les arrebató dignidad, juventud y alegría.
En sus vallas gigantescas –auténticos monumentos a la indecencia política dominicana- Romero se complace en colocar la fotografía de los líderes históricos del PRD articulados en torno a su siniestra figura situándose a su misma estatura ética, política y moral. Cuesta creer que los que se dicen discípulos de aquellos líderes toleren semejante insulto a su legado.
Julio Romero se autoproclama a sí mismo “El Diputado de la Gente”. Sin duda lo es de toda la gente machista, perversa, indolente, irresponsable, corrupta y capaz de mantener a sus hijos “conchando” en la calle sin necesidad. Desafortunadamente, los tales parecen estar sobre-representados en la con razón llamada Cámara “Baja” del Congreso Nacional Dominicano.
¡Vergüenza contra dinero! Se escucha desde Cuba hasta el otro lado del Ozama. Vamos a movilizarnos para exigir al Partido Revolucionario Dominicano, a su Presidente y principales autoridades que aborten la repostulación del Sr. Julio Romero por considerar la misma como un insulto a la ética del servidor público y una burla a la dignidad de la mujer dominicana.
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