lEONEL VENDE NUESTRO PAíS A LOS HAITIANOS

SAN JOSE DE LAS MATAS.-Leyendo un escrito de Roswell Goris en la pagina sajoma.or coincide con una gran inquietud una preocupación que he llevado hace un gran tiempo, sucede que en nuestro querido pueblo se ha desatado una ola de haitianos que sin temor a equivocarme puedo decir que casi estamos 50% dominicanos y 50% de haitianos, todo esto a la vista de las autoridades que no hacen nada por resolver el problema, y he llegado a la penosa conclusión de que esta gran emigración haitiana está siendo patrocinada por el gobierno dominicano que se ha vuelto un títeres de las grandes potencias extranjeras como son Estados Unidos, Canadá y Francia.
Un gobierno corrupto que se ha hecho de la vista gorda y que ya la invasión pacífica de haitianos se ha realizado, que por lo que se ha luchado tanto en nuestro país que le costó la vida a tantos hombres y mujeres un solo hombre lo ha ahechado por la borda, por su ambición desmedida de poder.
Si ustedes quieren comprobar lo que digo visiten a San José de las Matas cualquier domingo y verán la filas de haitianos recién llegados, que un grupo de dominicanos por ganarse unos pesos ponen en peligro la patria donde viven ellos y sus hijos; los transportan hasta el Verdum, y cruzan el pueblo a pies y luego otro grupo lo recogen fuera de la ciudad, pero lo peor de todo esto es que tenemos inspectores de Emigración en asuntos haitianos y también agente de la G2, para nada porque ninguno hacen nada, mientras el país se llena de haitianos ilegales.
Ya en las grandes ciudades como Santo Domingo, Santiago y otras se ven los haitianos pidiendo en las esquina, vendiendo tarjetas telefónicas, frutas y niños deambulando por las calles, pero lo peor es que ya en la zonas hoteleras del país los trabajadores a más de un 80% son haitianos.
Hasta cuando soportaremos los dominicanos que el presiente Leonel Fernández siga entregándole ese país a los haitianos, que pensara Duarte, Sánchez, Mella, Luperón, y muchos más que ofrendaron su vida para que tuviéramos una patria libre y soberana.
Basta ya, pongamos un alto a esto, o lo lamentaremos todos.
DIOS, PATRIA Y LIBERTAD.
Aquí le dejo el escrito de Roswel Goris:
Todos sentimos empatía a la situación nefasta del terremoto en Haití que resulto en una mortandad feroz. El impacto de este empieza afectarnos de un modo sigiloso. 
Un éxodo de haitianos se está adentrando desapercibidamente en la República Dominicana, especialmente en las zonas rurales de San José de las Matas donde el estado no mantiene un control territorial. Los inmigrantes haitianos alojan ilegalmente territorios estatales y privados construyendo casuchas de materiales disponibles con facilidad para mitigar los estragos de vivir en la intemperie. 
San José de las Matas ni sus zonas rurales adyacentes fueron puntos populares para la inmigración. El nuevo flujo de inmigrantes a nuestra zona parece una situación inevitable que tendrá un impacto duradero en el futuro de nuestro pueblo.  Esta inmigración nos presenta con algunas preguntas para reflexionar.
¿Sería mejor abrir las fronteras del país y hacer una sola nación? Una nación Dominico Haitiana, olvidándonos del nacionalismo, del regionalismo, olvidarnos de propugnar nuestros valores, tradiciones, creencias e identidad, y así iniciar una aceptación de la población haitiana sin animosidad. 
La idea no es nueva. Toussaint Louverture durante su administración sostuvo la idea de una la isla única e indivisible. También las dos naciones compartimos un pasado similar caracterizado por sistemas esclavistas europeos con movimientos independentistas paralelos. 
¿Podemos todos los materos aceptar esta inmigración Haitiana sin condiciones y ofrecer una  mano amiga? 
¿O debemos de pensar en soluciones viables a las consecuencias de este asentamiento?
Es un tema sensible que refleja una verdad paralela la vida de amigos, familiares y las nuestras. La afluencia de San José de las Matas está atada a la acumulación de décadas de envíos de remesas por compueblanos emigrantes que como los haitianos hemos buscado un futuro más benevolente en tierras ignotas.