La cuestión de los sujetos del cambio ha sido una preocupación
perenne en las ciencias políticas y sociales. Carlos Marx pretendió
desarrollar una teoría universal sobre el cambio social sobre la base de
una la ley inmutable de la historia, según la cual el desarrollo de las
fuerzas productivas conducirían necesariamente a una simplificación de
los antagonismos entre dos clases sociales, la burguesía y el
proletariado, correspondiéndole a esta última liberarse a sí misma y a
toda la humanidad de toda forma de explotación. Marx fracasó en su
teoría tanto de la historia como del sujeto, lo que derrumbó la certeza
política que existió durante mucho tiempo entre las fuerzas socialistas y
progresistas en general. Versión impresa PDF
En lugar de simplificarse, la realidad económico-social se hizo cada
vez más compleja con las transformaciones del capitalismo, lo que
produjo una proliferación de antagonismos entre múltiples sujetos que
Marx no pudo prever en su gran esquema sobre la historia, la sociedad y
el Estado. Muchos de sus seguidores salieron a buscar los sectores
sociales que remplazarían al proletariado como sujetos del cambio. En la
euforia de Mayo del 68, los estudiantes pasaron a ocupar un lugar
central en la reflexión teórica y la acción práctica de las
organizaciones progresistas. En poco tiempo, sin embargo, se desvaneció
la apuesta por el estudiantado, al tiempo que surgían nuevos actores y
nuevas demandas, con lo que quedó atrás cualquier pretensión de asignar a
un determinado sujeto la centralidad inevitable en el cambio social.
Estas discusiones se dieron en el mundo occidental, especialmente
Europa, pero tuvieron su repercusión en América Latina. Del proletariado
se pasó al campesinado y de éste a los marginados urbanos en una
búsqueda esencialista por encontrar al sujeto que sería el portador
indiscutible del cambio social. La realidad se hizo cada vez más
compleja en América Latina por las aceleradas transformaciones
económicas, sociales y políticas, por lo que no fue posible prefijar a
priori los “auténticos” sujetos del cambio, como pretendió Marx en su
momento.
En República Dominicana hemos tenido también este debate. Luego de
que en los años sesenta y setenta fracasaran los intentos de aplicar
mecánicamente ciertas categorías sociales concebidas para sociedades más
desarrolladas, en los años ochenta se produjo en algunos círculos
políticos un entusiasmo excesivo sobre la potencialidad transformadora
de los marginados sociales ante la agudización de los conflictos y las
protestas barriales. Ciertos sectores de la izquierda llegaron a
plantear en abril de 1984 que estábamos ante una “revolución inminente”,
para poco tiempo después encontrarse ante el reflujo y la dispersión de
los sectores anteriormente movilizados.
Esta reflexión viene a propósito de la emergencia de los jóvenes de
clases medias como actores en la vida pública a partir de las redes
sociales como forma novedosa de comunicación y protesta. Quien subestime
y satanice políticamente este fenómeno lo hace a riesgo de no entender
lo que representa este cambio social, cultural y comunicacional de
nuestra época; pero quien lo magnifique y lo glorifique lo hace a riesgo
de quedar atrapado en una euforia desproporcionada respecto a la
capacidad de estos sectores de convertirse en sujetos centrales del
cambio político y social.
Algunos rasgos de estos movimientos deben al menos preocupar, entre
estos su marcado rechazo a la política, su tono rupturista de todo o
nada y su proclividad a la consigna, el insulto y la simplificación del
mensaje, aunque otros aspectos, como el deseo de participar, exigir
rendición de cuentas y defender con pasión determinadas causas, son muy
saludables para la vida política del país. No estamos, sin embargo, ante
otra “revolución inminente” ni ante un estremecimiento político al
estilo de la primavera árabe, sino ante un fenómeno que llegó
ciertamente para quedarse con grados mayores o menores de intensidad
según las coyunturas particulares, pero sin ninguna garantía de que se
articule como factor real y sostenible del cambio político en nuestra
sociedad.
Fuente: La Lupa
0 comentarios:
Speak up your mind
Tell us what you're thinking... !