El expresidente Hipólito Mejía acusó al doctor Marino Vinicio
Castillo, director de Ética e Integridad Gubernamental, de callar
durante "la fiesta de los millones" que realizaba Leonel Fernández como
presidente de la República, mientras endilga inconductas a otros.
En una carta pública, del exmandatario al jurista, político y
funcionario del Gobierno le hace referencia de sus andares en cabarets y
actuaciones que desnudan su imagen pública.
A continuación reproducimos la carta de Mejía a Vincho Castillo:
Una respuesta a Pelegrín Castillo y a su padre
Pelegrín Castillo, diputado e hijo del doctor Marino Vinicio
Castillo, se atrevió a decir que tengo una campaña de descrédito para
que destituyan a su padre del cargo de la Dirección de Ética e
Integridad Gubernamental.
Pocos hombres en la historia han sido capaces de crear su propia
campaña de descrédito como lo ha hecho Marino Vinicio Castillo a lo
largo de su vida.
Primero, enfrentó en su natal San Francisco de Macorís a quienes,
muerto Trujillo, salieron a las calles a demandar libertad, a lo cual la
respuesta de Vincho fue crear y dirigir una banda de paleros para
golpear, amenazar y atemorizar a quienes contribuían a crear la
democracia en el país.
Luego viajaba al vecino país, Haití, y participaba en lugares donde
se juntaban prostitutas, bandidos y borrachones y en una pelea de
cafetines resultó extrañamente muerto su compañero de farras, nada más y
nada menos que un antiguo miembro del tenebroso Servicio de
Inteligencia Militar, donde reunió Trujillo a todos los chivatos,
torturadores y asesinos. Por eso el refrán: dime con quién andas y te
diré quién eres.
Como parte del perfil de si mismo, creado a fuerza de irrespetos y
barbaridades, se recuerda su "hazaña" de interrumpir la misa en la
catedral de La Vega con un grupo de mujeres borrachas, llevadas allí
para dañar la solemnidad religiosa que se celebraba.
Vincho, difamador y hombre de actuaciones turbias, se ha dedicado a
labrar su imagen de persona capaz de cualquier bajeza, por eso fue el
ariete que intentó denigrar la justa fama del doctor José Francisco Peña
Gómez, cuyo papel protagónico en la política nacional corroyó el alma
envidiosa del doctor Castillo, quien no pudo ser el ejemplo de honradez,
dignidad y reciedumbre moral del líder del Partido Revolucionario
Dominicano.
Vincho es el hombre que se atrevió a imprimir una Gaceta Oficial
falsa, hecho hasta entonces inédito en la historia nacional, para
justificar el robo de la victoria electoral de 1978 al PRD y además uso
grabaciones captadas ilegalmente por el gobierno para presentarlas en la
vil defensa que hizo Castillo de lo indefendible.
Más recientemente, en el ejercicio poco ético de su profesión, siendo
funcionario del gobierno en la parte ética, sirvió de abogado a los
banqueros que usaron los depósitos del público para embarcarse en una
carrera de gastos desenfrenados que llevó esos bancos a la bancarrota.
Dentro de su creencia de que nada vale nada y de que siempre se
saldrá con la suya difamó al ingeniero Hernani Salazar, pero esta vez
no le resulto puesto que fue condenado por la Suprema Corte de Justicia
al pago de una indemnización.
Su más reciente hazaña consiste en mentir, dejar de lado, rehuir
consignar haberes en la declaración de bienes que debe prestar como
funcionario público, y a los datos que se han presentado objetivamente,
aún no ha respondido, y sospecho que no podrá responder porque no hay
argumentos que hagan mella a los documentos que fueron ofrecidos a la
conciencia nacional.
Su hijo Pelegrín olvida que aunque los perros le ladren a la luna,
“ofende quien puede, no quien quiere” y nunca se debe escupir para
arriba.
¿Cuál ha sido el papel de Marino Vinicio Castillo como titular de
la Dirección de Ética e Integridad Gubernamental? La de mudo que calló
durante la feria de los millones que realizó su discípulo y seguidor
Leonel Fernández durante su gobierno de ocho años.
Vincho, con su silencio, se ha convertido en cómplice de la
corrupción de Leonel Fernández y su equipo de acompañantes. Esa
corrupción, denunciada y debatida hasta la saciedad, la calló y la
ocultó conscientemente el doctor Castillo, de la que no habla ni se
atreve a hablar, se anda por las ramas haciendo insinuaciones contra
personas honestas, empresarios de fama bien ganada y profesionales
millones de veces más serios que él y que sus hijos.
Ahora sale su hijo Pelegrín a hablar de responsabilidades y acusarme
de estar detrás de esas investigaciones. He dicho y repito aquí que ya
quisiera yo ser el impulsor de esos trabajos periodísticos. Yo felicito a
los periodistas que han trabajado esas informaciones y a los que las
han divulgado. Creo que son personas que gozan del aprecio y el respeto
del país, por el bien a la higiene moral del país que han hecho.
Sólo se puede realizar una campaña contra una persona cuando la misma
goza de crédito y reconocimiento de la sociedad. Y ese no es el caso.
Hipólito Mejía
Fuente:Z101.com.do
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