Violación sexual llevada a cabo por curas contra niños y niñas Los crímenes de abuso sexual del clero y de los Jerarcas que los ocultan - sajoma36
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Violación sexual llevada a cabo por curas contra niños y niñas Los crímenes de abuso sexual del clero y de los Jerarcas que los ocultan

Written By sajoma36 on martes, 7 de agosto de 2012 | 11:30 p. m.

Precedentes legales estadounidenses de los crímenes de abuso sexual del clero y de los Jerarcas que los ocultan (*)
La condena de   Monseñor J. Lynn el 24 de julio del 2012 a un máximo de seis años de prisión en Filadelfia posiblemente cambie el rumbo de la historia de la Iglesia Católica de encubrir con impunidad curas y religiosos pederastas y depredadores sexuales.  Otros Obispos han sido condenados anteriormente por abusar de menores, pero el caso de Monseñor Lynn sienta un precedente para la Justicia estadounidense y manda una inequívoca señal a todas las sociedades de que los sacerdotes depredadores no son los únicos culpables.
Este cambio no proviene del seno de la Iglesia.  Es el resultado de los avances de la ciencia y de constituciones fundamentadas en leyes legitimadas por derechos humanos seculares.  Pero sobretodo, es el resultado de una población que está dispuesta a exponer a la luz del sol a los culpables de crímenes contra los inocentes.    Es un llamado a escudriñar la raíz de los abusos sexuales de menores que se ha destapado en país tras país al interior de una institución con una estructura de poder constituida por hombres célibes que se atribuyen el adjetivo de “sociedad perfecta”, de poseer la verdad, y de actuar por encima de la Ley.
Monseñor Lynn personalmente no abusó sexualmente de nadie.  Durante 11 semanas el jurado repasó 2,000 documentos de archivos secretos de la iglesia; estos mostraban como los sacerdotes acusados de violación eran trasladados de una a otra parroquia. Escucharon 60 testigos y cerca de dos docenas de alegadas víctimas, antes de declarar culpable a Monseñor Lynn de exponer al peligro de depredadores sexuales a niñas y niños durante los 12 años (1992-2004) que fungió como consejero del Cardenal Anthony J. Bevilacqua en asuntos de abusos sexuales de sacerdotes.  Este último murió el pasado enero, motivo por el cual no fue sentenciado.[1]
No es casual que la Justicia de los Estados Unidos sea la primera en condenar a un miembro de la Jerarquía Católica por esconder los delitos de sus sacerdotes y por poner en peligro a su población más vulnerable.  Estados Unidos es el país donde primero se escucharon las voces de familias valientes que lucharon contra las presiones de su iglesia y llevaron los casos de sus niños violados ante un jurado.
A continuación he seleccionado presentar dos casos de abusos sexuales en los Estados Unidos porque crearon precedentes dentro y fuera de los Estados Unidos.  La fuente es el libro del reconocido reportero Inglés David Yallop, “Más allá de la creencia: La iglesia Católica y el escándalo de los abusos sexuales de niños” (2010, traducción libre).[2]
El caso de Rita Milla en 1984. La historia oculta de pedofilia y acoso sexual comenzó a conocerse por primera vez con el caso de Rita Milla en 1984 en el estado de California.  Rita fue acosada por primera vez en el confesionario por el Padre Santiago Tamayo de la diócesis de Los Ángeles; tenía 16 años y pensaba entrar al convento.  Como guía espiritual, el sacerdote la instruyó repetidamente: “Dios quiere que mantengas a sus sacerdotes contentos (happy)….es tu deber.” Cuando Rita cumplió los 18 años en 1979 mantenía relaciones sexuales con el cura. Más tarde, el Padre Tamayo presionó a Rita para que hiciera felices a los otros sacerdotes.  Uno a uno, Rita terminó “contentando” a los siete sacerdotes de la Iglesia de Santa Filomena, y en 1980 Rita quedó embarazada sin saber de cuál, pues ninguno previno el embarazo. 
Para esconder el embarazo, entre los siete sacerdotes le dieron a Rita 450 dólares y la pusieron en un avión con destino a una diócesis en las Filipinas, instruyéndola para que dejara el bebé en adopción.  Su familia que ignoraba el acoso sufrido por su hija, fue informada que Rita iría a Filipinas a estudiar enfermería.  Cuando llegó el momento del parto Rita casi muere de complicaciones, se comunicó con su familia que descubrió la verdad en ese momento y la trajo de regreso a los Estados Unidos con su bebé.
El Arzobispo Abaya de las Filipinas prometió a Rita ayuda monetaria para el mantenimiento y educación de su niña.   Cuando la ayuda no se materializó, Rita se comunicó con el Obispo Ward, de la diócesis de California quién tampoco la ayudó.  Rita y su madre iniciaron la histórica demanda de “mala práctica clerical”, pero el caso fue obviado por la corte por haber transcurrido el tiempo límite de un año.  Rita y su madre querían hacer su caso público como advertencia a otras jóvenes y su abogada Gloria Allred convocó una rueda de prensa.
Fue en ese momento que se conoció que los siete sacerdotes habían desaparecido.  La arquidiócesis de Los Ángeles le pidió que abandonaran el país hasta nuevo aviso; hecho conocido en 1991 cuando el mismo ex -Padre Tamayo, con remordimiento y casado con otra mujer, lo hizo de público conocimiento.  Las cartas confirmaron las partidas de dinero enviadas por la Arquidiócesis, no a Rita, sino a sus abusadores en las Filipinas.    En 1988 Rita recibió 20,000 dólares para su bebé.  Años más tarde, la hija de 21 años de Rita, supo el nombre de su padre biológico a través de una prueba de paternidad ordenada por la corte.
El caso de Rita Miller no tuvo la resonancia necesaria para cambiar la política de la Iglesia Católica debido a que no pudo ser llevado a tiempo a los tribunales.   La política de ocultamiento continuó hasta que el Padre Gilbert Gauthe fue condenado por el Gran Jurado en un tribunal de Louisiana.
Los abusos sexuales del Padre Gilbert Gauthe. La vocación del padre Gilbert Gauthe fue la de abusar de monaguillos en la parroquia Henry, de Vermilion. Louisiana.  Su exposición data de 1983 cuando un niño de 9 años le confesó a su madre que Dios no lo amaba porque había hecho “cosas malas”.  Lentamente y con pena el niño relató los secretos que compartía con el Padre Gauthe quien lo abusaba sexualmente desde que tenía 7 años de edad.  David Yallop (2010) relata como el padre Gauthe también había abusado de sus dos hermanos mayores y se estimaba que había abusado más de 100 niños en cuatro parroquias, algunos de ellos violados individualmente cientos de veces.
La Jerarquía Católica conocía la adición del Padre Gauthe desde el 1970 y respondía con la misma receta: asignarlo a otra parroquia sin advertir a la feligresía que estaban recibiendo un depredador sexual. La única manera que los padres de niños abusados por el Padre Gauthe descubrieron el delito fue cuando un niño que admitió ser abusado le relató a sus padres los nombres de otros niños también abusados.   Dentro de una comunidad pequeña, la lista comenzó a crecer.  Fue de esta manera que Glenn y Faye Gastal supieron que su hijo había sido violado por el Padre Gauthe.
Cuando fue confrontado en el verano de 1984, Gauthe no negó nada.  Lloró y pidió que lo mandaran a un centro de rehabilitación.  Dijo que necesitaba ayuda, aunque Yallop anota que nunca mencionó la ayuda desesperada que necesitaban sus víctimas.  Finalmente, Gauthe firmó una declaración de suspensión y se le anunció a la parroquia que el Padre Gauthe había sido removido por motivos de salud.
La iglesia Católica en Louisiana hizo lo imposible por evitar que el caso fuese conocido en los tribunales.  El Arzobispo Phillip Hannan y el resto de la Jerarquía, Monseñor Richard Mouton y el Obispo Frey, iniciaron una campaña para presionar al abogado católico de varias familias, Paul Herbert, y convencer a los padres de nueve víctimas para que abandonaran su posición de llevar los casos a los tribunales.   En octubre de 1984 un Jurado observó los videos de testimonios de 11 niños de 9 a 17 años de edad y dieron su veredicto de 34 cargos: 11 cargos por crímenes grave contra natura, otros 11 cargos por cometer actos sexuales inmorales, otros 11 cargos por tomar fotos de jóvenes pornográficas, y un solo cargo por violación grave- la sodomización de un niño menor de 12 años de edad.  Este ultimo lleva una pena de cárcel de por vida.  El juicio se fijó para el 11 de octubre.
El Vaticano presionó al consejo de defensa y finalmente todas las familias excluyendo a los Gastal negociaron la sentencia con el juez: Gauthe aceptaría su culpabilidad a todos los cargos y sería sentenciado a 20 años sin parole. Como los padres eran devotos creyentes fueron convencidos de que un arreglo en secreto era mejor para todos los involucrados y se lograba salvar la imagen de la Santa Madre Iglesia.  En junio de 1984, después de 6 meses de negociaciones, fue acordado entregar a seis familias con nueve víctimas 4.2 millones de dólares, de la cual los abogados tomaron 1.3 millones y varios expertos en medicina otra suma.
Pero los obispos no contaron con la valentía y tenacidad de Glenn y Faye Gastal y su pequeño de nueve años.  En agosto de 1984, Glenn y Faye Gastal fueron a su primera entrevista televisiva.  A pesar de que la Secretaría de Estado del Vaticano presionó a su nuncio en los Estados Unidos y al Arzobispo Hannan en Nueva Orleans para prevenir que el Padre Gauthe llegase a los tribunales, no lo lograron.  Glenn y Faye Gastal consideraron que la supresión implicaba tratar las víctimas como criminales y enfrentaron al pederasta y sus encubridores ante un Gran Jurado y una prensa internacional.
Antes de la condena del Padre Gauthe, 1985-1986, las alegaciones de abusos sexuales públicos eran raras porque el sistema de encubrimientos funcionaba.  Un juicio público a un sacerdote era algo inimaginable. La acción de los Gastal sentó un precedente y los escándalos llevaron a la Jerarquía de los Estados Unidos a lograr del Vaticano permiso para aplicar procedimientos de lo que clasificaron como “tolerancia cero”: llevar los depredadores sexuales a los tribunales y poderlos destituir de su investidura eclesial sin necesidad de un juicio previo por el Vaticano.
Pero estas medidas no se transfirieron automáticamente a otros países.  El sistema de encubrimiento funcionó con la aprobación de Juan Pablo II.  Su reacción a los juicios de sacerdotes pederastas en los Estados Unidos fue de qué se trataba exclusivamente “de un problema americano” y que debía de manejarse con discreción—es decir, continuar escondiendo los crímenes.   Pero los hechos contradijeron esta posición, país por país.
El sistema secreto y sus efectos. La Iglesia Católica ha querido presentar sus depredadores sexuales como casos aislados, propios de cualquier grupo social.  Juan Pablo II lo atribuyó a la “sociedad moderna”.  En ocasiones, el mismo Benedicto XVI ha atribuido los casos de abusos sexuales a exageraciones de los medios de comunicación y ha intentado disculparse por NO haber actuado cuando dirigía como Cardenal Ratzinger, la Oficina de la Congregación para la Doctrina de la Fe, alegando que carecía de autoridad para enfrentar los casos de abusos sexuales antes del 2001.  La investigación del New York Times revela como la oficina que él dirigía tenía autoridad para hacerlo 80 años antes desde 1922.[3]
En el 2010 la Congregación para la Doctrina de la Fe modificó el documento del 2001 que, bajo la apariencia de endurecer las penas, empeora la situación al calificar como delitos graves y punibles al mismo nivel que la pederastia la ordenación de las mujeres al sacerdocio, la apostasía, la herejía, y el cisma.  En otras palabras, intentar ordenar una mujer es una ofensa sexual, un sacrilegio, un escándalo comparable al abuso sexual de un niño, como ha destacado la teóloga feminista Rosemary Redford Ruether. [4]
Uno de los principales documentos en la historia reciente de abusos sexuales data de 1962 con el aval del pontífice Juan XXIII.  En esencia es un manual de procedimientos a seguir en casos de violaciones sexuales que fue distribuido entre cardenales y obispos bajo el título “Instrucciones sobre la Forma de Proceder en Casos de Solicitación” (traducción libre).   Fue conocido cuando los abogados civiles de víctimas de abusos sexuales de sacerdotes en los Estados Unidos, lo entregaron a la prensa, y usaron en la defensa como evidencia de "un plan para la decepción y el ocultamiento".  En Europa fue difundido por la BBC del Reino Unido.[5]
David Yallop analiza el manual de 1962 para mostrar como el Vaticano no ha escatimado esfuerzos para mantener los crímenes sexuales bajo total secreto.  La víctima tiene 30 días para presentar su caso, de no hacerlo, recibe excomunión automática.  El alegado depredador sexual podía ser transferido a otra asignación a menos que el Ordinario encargado lo prohibiese.  Ambos, el sacerdote y su víctima son ordenados a “silencio perpetuo”, bajo pena de excomunión.   “El juramento de guardar el secreto deben de darlo en estos casos los que acusan, los que denuncian al sacerdote, y los testigos,” (traducción libre).  Adicionalmente, el documento implícitamente reconoce que errores, vicios, depredación, inmoralidad, y comportamientos viles y viciosos son propios del rebaño, y nunca de los pastores.
Según Yallop, en el 2010, todavía funcionaba el sistema secreto en Italia, España, Polonia y Alemania.  Pero nuevas revelaciones a través de toda Europa han diezmado las filas y los bolsillos del catolicismo contemporáneo.   La situación es otra en la mayoría de los países de América Latina, África y algunos países asiáticos; dado que los gobiernos no tienen la institucionalidad necesaria para enfrentarse a la iglesia Católica cuyos clérigos todavía se consideran estar por encima de la Ley.
En síntesis, las evidencias señalan que las causas de los abusos debemos encontrarla en la misma estructura de la Iglesia Católica y en la cultura de poder y ocultamiento que la acompaña.   Esto lo expresa elegantemente el laureado autor Vargas Llosa:  “La diferencia entre hoy y ayer en materia sexual, dentro de la Iglesia Católica y fuera de ella, no es de comportamiento. Este no puede haber variado mucho porque, aunque hayan cambiado muchas costumbres y creencias, las pulsiones, los instintos, los deseos y las fantasías que animan la vida sexual siguen siendo los mismos. La diferencia es de publicidad.  Antes, los escándalos podían ser ocultados y los pedófilos y acosadores sexuales salirse con la suya, como sigue ocurriendo todavía en las sociedades cerradas y sometidas a la dictadura religiosa.
En las sociedades abiertas ello ya no es posible, porque la libertad ha ido abriendo todas las puertas y haciendo que lo que antes permanecía tapado y escondido se ventile a plena luz y llegue a los diarios, las pantallas de televisión y los tribunales. La verdad que se hace pública gracias a ello no concierne solamente a una realidad institucional, a los pequeños dramas y escándalos que tienen como escenario a la Iglesia Católica. Concierne a una verdad sobre el ser humano en general y a la identidad sexual de las personas, una identidad mucho menos rígida y unidimensional de lo que enseñaba la doctrina y mucho menos dócil a las enseñanzas pastorales de lo que la Iglesia sostiene.”[6]

[1] Ver. Joan Hurdle y Erik Eckholm. Archbishop’s Aide Guilty of Endangerment in Abuse Case.  THE NEW YORK TIMES,    Junio 22, 2012.  .  La condena del 24 de julio fue publicada en los principales periódicos estadounidenses.   http://www.nytimes.com/2012/06/23/us/philadelphias-msg-william-j-lynn-is-convicted-of-allowing-abuse.html?pagewanted=1&_r=1&hp
[2] David Yallop (2010).  Beyond Belief: The Catholic Church and the child Abuse Scandal. Londres: Constable. Autor de En el Nombre de Dios y The Power and the Glory.
[3] Ver el documento de 12 páginas basado en la investigación del New York Times (Laurie y David Halbfinger, julio 1, 2010). La oficina que dirigía el  Cardenal Ratzinger, la Congregación para la Doctrina de la Fe (antigua Inquisición) recibió la autoridad para manejar los casos de abusos sexuales no a través de una Carta Apostólica enviada por Juan Pablo II en el 2001, sino unos 80 años antes, en 1922.  http://www.nytimes.com/2010/07/02/world/europe/02pope.html?pagewanted=5&_r=1&ref=romancatholicchurch
[4] Juan José Tamayo.  Silencios ominosos, condenas inmisericordes.  Periódico El país, agosto 14, 2010 http://elpais.com/diario/2010/08/14/opinion/1281736812_850215.html
[5] Ver críticas de documento publicado el 17 de agosto del 2003 por la BBC del Reino Unido y las alegaciones de la Iglesia.  http://news.bbc.co.uk/2/hi/americas/3157555.stm
[6] Mario Vargas Llosa, El Pecado Nefando.   Periódico LA NACIÓN, Buenos Aires el 17/8/2003 cuando Joseph Ratzinger aún no había sido nombrado Papa.
Fuente:acento.com.do
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